RUTA DE JABALCUZ

Croquis     Croquis 1     Perfil de la ruta     Mapa Geológico

La ascensión a la cumbre de Jabalcuz (1.614m.), es una ruta de auténtica montaña. El punto de partida lo situaremos en la Plaza de Santa María. La aproximación es sencilla: tomando la carretera comarcal a Los Villares, dejamos atrás el arroyo de Reguchillo (corresponde al primer puente que atravesamos desde que salimos de Jaén y coincide con una curva muy cerrada) e inmediatamente antes de cruzar el segundo puente arranca, a mano derecha, un camino que nos llevará a la cima de Jabalcuz.

Otra posibilidad de aproximación sería tomar un "atajo" que nace a mano izquierda, después de rebasar la gravera (ver croquis). Sin embargo, es preferible la anterior, ya que con sus más de 5 kilómetros permite "calentar" con mayor facilidad.

El ascenso comienza con muy buen firme hasta una urbanización que dejaremos atrás; desde ahora el camino se convierte en una pista forestal y presenta, en este primer tramo de 600 metros, una pendiente impresionante. Llegamos a una barrera que atraviesa la pista y aquí se nos hace preciso un respiro para reponer fuerzas. A partir de este punto el camino empieza a serpentear y la pendiente se suaviza, facilitando así nuestro ascenso, aunque por ello no deja de ser duro.

Continuamos ascendiendo con buen ancho y aceptable firme. El camino está construido sobre las margas(*) del paquete C, depositadas en los mares del Mesozoico, que frecuentemente se "lajan" y caen sobre el camino, dificultando en ocasiones nuestro paso. Cuando están recién partidas tienen color azulado, pero se vuelven amarillentas cuando llevan tiempo expuestas al aire. A partir de los 1.100 metros de altitud aparecen matorrales de tipo almohadillado, así llamados por su aspecto redondeado. Las plantas que lo forman se las conoce popularmente como "cojín de monja" y otros nombres parecidos, haciendo alusión a la gran cantidad de ramas espinosas que poseen. La forma general (redondeada y espinosa) es útil para evitar que las cabras se las coman y también para protegerse en las nevadas. Sin embargo, si subimos a Jabalcuz entrando por el Megatín, hasta llegar a los 1.300 metros no encontraremos este tipo de matorrales.

Después de 5,8 kilómetros más de ascenso con buen ancho, alcanzamos el puerto del Aire (1.331 m.). El lugar invita al descanso, aunque deberá ser breve para no enfriarnos. Este punto es ideal para observar el esquema geológico y contrastarlo con el paisaje. Estamos situados sobre las margas del paquete C (sobre ellas hemos circulado durante todo nuestro ascenso). Hacia el Norte se nos presenta un escarpe calizo (Cresta del Diablo) que corresponde al paquete B; en efecto, dado que las calizas son rocas más resistentes a la erosión que las margas, forman resaltes en el paisaje que se manifiestan como escarpes rocosos. Mirando ahora hacia el Sur podemos ver el resto del camino que nos queda por subir (también sobre el paquete C); y casi en la cima de Jabalcuz (exactamente donde acaba la pista), el paquete D, que corona el monte y forma otro escarpe por la mismo razón a la que aludíamos antes.

Seguimos nuestra marcha; de la cima de Jabalcuz nos separan 3,5 Km.. El camino mejora sensiblemente mejor firme y menor pendiente. La pista se acaba y a partir de aquí nos quedan unos 100 metros de sendero que podemos realizar a pie, sobre las calizas del paquete D. Resulta indescriptible la sensación al contemplar el paisaje que desde esta cima se divisa. Hacia el sur vemos, a nuestros pies, una zona de fuerte pendiente que corresponde a las calizas del paquete D. Más abajo, la pendiente se suaviza y aparece cubierta por olivar. En ella se distingue el paquete E (de tonos rojizos) y el F (de tonos más claros). Sobre este último se asienta el pueblo de Los Villares. El tiempo pasará rápido y es ineludible el regreso.

Iniciamos el descenso por el mismo camino que hemos traido. Al llegar de nuevo al puerto del Aire, giramos a la izquierda (dirección Oeste) y seguimos una pista forestal que, tras 6,6 kilómetros de descenso, nos llevará hasta el Megatín. Otros 3 kilómetros de asfalto nos sacan a la carretera de Córdoba, desde donde sólo nos restará cubrir 7 kilómetros más para estar de nuevo en Jaén. Otra alternativa de regreso, especialmente si queremos evitar la carretera, la encontraremos a 1,3 kilómetros después de haber pasado la gravera, concretamente donde el arroyo de cueva Corteza se encaja fuertemente en el terreno, el camino que traemos asciende unos metros para entrar en la urbanización del Megatín y los olivos que llevábamos por la derecha del camino, desaparecen. Pues bien, de este punto arranca, a mano derecha, un camino que asciende por la falda norte del cerro del Mortero para bordearlo y alcanzar, después de 2 kilómetros, la Fuente del Piojo. Y ya descendiendo por el camino que nos encontramos llegaremos ala pista forestal del Neveral de la ruta anterior.






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